Comunicación de crisis: Dos claves que te pueden salvar.
septiembre 27, 2017
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Los siete pecados capitales de las relaciones públicas

Los siete pecados capitales de las relaciones públicas

Por: Miguel Angel Zapata

Definir una estrategia de relaciones públicas es todo un arte. Importa el momento, la acción, la audiencia, el entorno, el contexto, el canal adecuado, el vocero y el mensaje. En el fondo las estrategias de PR buscan generar un vínculo afectivo entre personas y construir lazos duraderos, cuyo principal atributo es cuidar la reputación de una empresa. Sin embargo, en esa relación entre iguales, comúnmente se pueden cometer ciertos errores que, sea por imprudencia, por descuido o por ignorancia, podrían terminar en un efecto contrario a lo que realmente se quiere lograr. Por ello el actuar de los profesionales de relaciones públicas requiere de especial atención y cuidado en la estrategia, para evitar que no se cometa alguno de estos “pecados capitales”, lo que podrían provocar que la reputación de la empresa termine en el mismísimo infierno.

Pereza

Se refiere al primer nivel de pecado en las relaciones públicas. Consiste en construir una estrategia que a final nunca se va a ejecutar. Muchas empresas y sus directivos constantemente piensan en lo importante que es trabajar y construir un plan de relaciones públicas que les ayude a fortalecer el negocio, pero en realidad poco hacen al respecto. Ese error es básicamente descuidar y no hacerse responsable por la imagen de la empresa. Sólo hasta que se presenta un problema es cuando quieren hacer uso de las relaciones públicas y a partir de ahí aumentan las tragedias, porque no haber construido relaciones previamente hará que, durante la crisis, nadie los quiera escuchar.

Gula

Ahora pasemos al otro extremo. La glotonería del PR es querer estar siempre presente con todo el mundo y en todos lados, de manera irracional e innecesaria. Por ejemplo, siempre buscar presencia en los medios de comunicación y siempre querer comerse la nota de primera plana con lo que yo tengo que decir; hacer noticia de todo, cuando en realidad, no todo es de interés noticioso, o al menos no para todos los medios al mismo tiempo.

Lujuria

Habrá que entenderlo como la adicción a las relaciones publicas al grado de cometer abusos. Esto es similar a decir a todos tus clientes que los quieres por igual y que “todos” tienen un “trato preferencial”. Otro caso común es decirle a un periodista o a un líder de opinión que tienes información exclusiva para él, pero en realidad el directivo de PR estaría dispuesto a darle el mismo contenido que a otras personas, sin importar que en realidad cada audiencia debería tener información de calidad y un trato diferente.

Ira

Este es uno de los pecados más comunes en relaciones públicas. Como ejemplos tenemos varios: Ya sea ver explotar a un vocero frente a los medios de comunicación, o algún ejecutivo intolerante con los colaboradores o con los clientes, al grado querer golpearlos. La ira de algún ejecutivo es uno de los pecados más castigados en relaciones públicas, porque esa actitud termina por ser lo más recordado, más allá de la disculpa o de la noticia que realmente se quería transmitir.

Envidia

Aquí encontramos a los ejecutivos que sienten frustración porque no salió su foto en la portada de un medio. También se encuentran a personas que piensan que “ojalá y a otros les vaya mal, para que mi estrategia sobresalga”. Pero en realidad, una estrategia no va a destacar por el simple hecho de que otros competidores fracasen. Lo púnico que puede hacer sobresalir una estrategia de PR es su adecuada planeación y ejecución.

Avaricia

Otro error en PR es no querer dar nunca información. Algunos directivos piensan que “nadie debe saber mi estrategia porque me roban mis ideas”. Lejos de aprovechar la oportunidad para posicionarse como un referente en el mercado, hay empresas quienes viven bajo el engaño de que son sus planes y “nadie más tiene lo que yo tengo”. Es una pena de verdad, porque el día que quieren compartir información o buscar aliados, pocos son los que realmente quieren acercarse.

Soberbia

Finalmente hablemos de la excesiva sobrevaloración de los planes de relaciones públicas. Pensar que lo mío es mejor que los demás o que otros siempre tienen que hablar bien de mi porque soy de una empresa de renombre; que además voy a aparecer en todos los medios o que todos mis interlocutores quieren acercarse a mí. Grave error. Por el contrario, las relaciones públicas se construyen a partir de valores (personales y corporativos); de actuar con inteligencia, de tener un plan claramente definido y principalmente de actuar con empatía y humildad. Al principio de este artículo decíamos que en RP importa el momento, la acción, la audiencia, el entorno, el contexto, el canal adecuado, el vocero y el mensaje. Hoy más que nunca las relaciones públicas es una interactuar entre iguales, por ello importa también saber escuchar, la retroalimentación del mercado, actuar con prudencia y respeto. Sólo de esta forma se puede cuidar el principal atributo de la empresa: su reputación.

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